¿Burdito vos pensas crecer?

Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On domingo, 27 de septiembre de 2009 at 22:42

Cuando sea grande quiero ser como el oso perezoso, un papelero. ¿Seguro que quiero ser papelero? Por mí cabeza han pasado mucho oficios, en los cuales me podría desempeñar muy bien, bombero, astronauta, cosmonauta, pintor, pintor de casas a domicilio y hasta ingeniero pero de todas me he definido por una maravillosa, volverme niño. Sí por qué no, crecer y solo volver a ser niño, otra vez. Cuando se es un pequeño no hay que preocuparse por cosas como esas orquídeas o tal vez esas azucenas o alguna mina que me tenga en sus garras, para qué si solo me preocupo por mí. El trabajar, el tinto y la rutina rebelde, eso yo no lo necesito, siendo un niño me mantienen.
Si crezco, crece el estrés. Por eso uno debería desenchufarse, el tiempo que quiera, así dejando el estrés, las deudas, los problemas y solo desenchufarse, morirse por un ratico. Que tan bueno sería eso “aah hoy me levante como muy cansado de la vida, me voy a ir a morir un ratico, ya vengo”. Ese chucho, es muy descarado, se dejo los mejores placeres para él solo, seguro que el si puede morir un ratico, y después ver como arregla las cosas ahí con las uñitas. Para mí que eso explica la edad media, esos 1000 añitos de oscuridad y retraso.
Aaah para qué crecer, yo encontré la fórmula para no sentir esos añitos de mas, tiene hasta un nombrecito lo mas de peculiar, inmadurez. Voy a quedarme inmaduro toda la vida.


Pensamientos reprimidos, la mujer

Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On sábado, 26 de septiembre de 2009 at 20:26

Los orígenes están siempre ligados a una mujer. Un ser tan extraño debería venir con un manual de instrucciones, en letra menuda vendría algo como: la mujer ser maravilloso, capaz de controlar y manejar a un hombre con una simple mirada. Simplemente hermosas, todas. Yo sinceramente me siento orgulloso de haber y seguir cayendo en las garras de una mujer, llámenme enamoradizo, porque es cierto .

J.V.A

Más que un remordimiento

Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On at 20:04

Me dije, voy a besarla. Los sentimientos carnales se expresan por medio de muchos factores, se pueden tranquilizar con hechos tan simples como un beso.
El día tan esperado llego, por fin después de mucho tiempo de insistencia, se dieron las cosas para poder besarla. A ella esa pequeña mina, esa virgen perfecta. No lo puedo creer. Tengo miedo. Decido besarla. Que momento tan bello, aunque en un lugar no muy corriente.
No me acuerdo como fue que nos besamos… Recuerdo que quedé disgustado, criticándome por no haberla besado mejor, por no haber gozado de ese bello e inolvidable momento ¿por qué la vida no es remediable? Que no se repita idéntica. Me desilusione, de mi mismo, porque me deje llevar de la fidelidad. Una gran tristeza me abruma cuando recuerdo todos los incidentes con mi bella mina, pero me retuerzo cuando llega a mi mente esa ocasión.


El arrebatico, no cumplido

Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On at 17:29

Hablar de Medellín es hablar de tango, es decir una historia, de una misma tinta roja. Toda esta historia va desde los años 1920, cuando fueron traídos los primeros tangos a Colombia, por una bandoneonista de la compañía de comedias de Camila Quiroga, por esto la gente comenzó a oír las milonguitas y los tangos en acetatos de 78 revoluciones. Se comenzó a verlos bailar, en películas de Rodolfo valentino y Carlos Gardel. En ese mismo instante y hasta ahora se han vuelto parte de nuestra historia, de nuestra vida. Nostalgias se vive en Medellín, cada día que se mira un cuadro, de Jorge Botero Lujan.
La historia del tango se puede leer en las casitas y las calles de barrios símbolos como Guayaquil, Manrique, Aranjuez, algunos ya desgarradas por la violencia, los incendios y la urbanización con grandes edificios, el metro, el asfalto, los tractores y el descaro de la especulación inmobiliaria. También, se lee en edificios hechos historia, en las baldosas rojas y amarillas del Patio del Tango, donde el señor Aníbal alumbro, con velas como si fuera un santo o un Dios cada 24 de junio al maestro Carlos Gardel, hasta el día de su muerte. Ese bar legendario de barrio Antioquia.
Es historia escrita con tinta roja, con hechos relevantes para el mundo, la muerte de Carlos Gardel. El suicidio de Ernesto Arango en una cantina de Guayaquil, después de meter una moneda en el piano, para que Gardel cante los versos de la última canción.
Sentir que es un soplo de vida…


Pensamientos reprimidos, el machismo.

Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On miércoles, 23 de septiembre de 2009 at 20:51

No hay nada tan lindo como una mujer. Sus gestos, su caminar, su mirar, sus movimientos y su divina malicia. Nada como las manifestaciones de amor. La mujer es bella, perfecta, en cuanto a mímica, muda. Cuando habla, es insoportable.

¿Y el uniforme qué?

Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On domingo, 13 de septiembre de 2009 at 18:02

Una muy bella orquídea, la más grande de todas, es capaz de herir a una hormiga plástica. Después de distintas propuestas, para ninguna ser acertada, llega a nuestro poder la propuesta más controversial de todas. La miran los 37. El ambiente es polémico. Todos hablan.la miro. No me gusta. No puedo creer que entre a ser propuesta. Se entra en discusión. Refuto hasta más no poder, que no puede ser cierto, algo de tan de poca clase pueda convertirse en nuestro ropaje el próximo año estudiantil. Solo me apoya la orquídea, discute contra el zoológico entero. No se deja pisotear. Es fuerte, mucho más fuerte y grande que el burdo. Inspira respeto, son sentimientos que ante muy pocos provoco. En el zoológico se resaltan las cinco hormigas la plástica, la culona, la más peluda, la obrera y la más ciega, aunque las confundan con grillos. Es todo un hormiguero. Las cinco hormigas, se abalanzan contra la orquídea, que con su gran poder no se deja ni tocar, voy en ayuda para la orquídea. No sirvo de nada. Lo vuelvo a intentar. Salvo mi reputación, No tengo reputación que salvar. Perdemos. Las tensiones crecen.
Mientras nos miramos feo y nos estrujamos al pasar, crecen las tensiones aun más. La papaya se da, la papaya se parte. La hormiga peluda se encarga de hacer trampa y robar, al profesor. La logramos ver, la orquídea y el burdo, decidimos hacer algo. Vamos y hacemos valer honestidad y la ética. Se entera la malvada serpiente, encargada de la normal en el colegio, se dirige al salón. Llega. Nos da su reflexión. La hormiga peluda no acepta su error y su fraude. No lo puedo creer. Entramos en discusión de nuevo, esta vez me ayuda la orquídea, sus amigas hormigas también entran en la discusión. Me siento querido, por la orquídea, no puedo creer esto. Vuelvo a la realidad, estoy discutiendo, ¿pero por qué? Es la ética. La hormiga plástica, es capaz de blasfemar e insultar contra la orquídea. Se para la orquídea, es muy grande. Esta discusión se pone cada vez más pesada, solo se insultan. La hormiga plástica provoca, físicamente, a la orquídea. La gran orquídea, agrede físicamente a la hormiga, se abalanza sobre ella. Cae la orquídea. Voy en ayudar de ella. Logro separarlas un poco, con ayuda, claro. Se logran parar y separar. Parece que todo acabo. El último golpe. Solo veo una gran raíz, le pega, a una pequeña hormiga.