La voz de la experiencia
Publicado por Daniel Marín Londoño | | Posted On viernes, 14 de agosto de 2009 at 14:06
Esta noche llueve, sí uuuh, ese cielo está muy cargado, afirma con frecuencia ya un viejo perro. Sentado a mi lado en mis horas laborales, muy pocas por supuesto, en las cuales el burdo desempeña en un papel que va de acuerdo con su nombre y sabiduría, mensajero.
Después de su labor el burdo se da el lujo de hablarle al perro el cual con insistencia le decía que llueve, si esta noche llueve, no lo puedo creer le pido una explicación. Responde, imponentemente, que por favor no le refutara que él estaba muy tatabron para ponerse en discusiones con un güevoncito que no sabía en dónde estaba parado. Me cierro. No escucho. Me hago el loco y no creo una de sus palabras, pienso con cautela, como va a ser que pueda llover si hoy está haciendo más calor que en Caucasia, donde no se definen si son paisas o costeños.
Después de terminar la jornada me dirijo a mi vivienda subterránea, tengo que coger bus. En el me encuentro con personajes muy peculiares como cerdos, gallinas, mulas, vacas es decir toda una granja. Me siento en la primera silla que veo vacía. En él caso de que en alguna silla allá una linda flor cambio mi preferencia y me propongo a cautivarla. Veo una hermosa flor, me dirijo hacia ella, pero al observar con atención, me doy cuenta de que solo era poca luz. Ya estoy sentado.
Luego de un tiempo llego por fin a mi subterránea casa, no se encuentra nadie, comienzo con mi rutina. Llegan, no cambia mucho el ambiente. Sonrió.
- hola
- hola. El oso perezoso tiene cara de cansado.
Se siente en su trono para poder pervertir su mente con la televisión. Después de un tiempo, hace frio. Llueve.
Después de su labor el burdo se da el lujo de hablarle al perro el cual con insistencia le decía que llueve, si esta noche llueve, no lo puedo creer le pido una explicación. Responde, imponentemente, que por favor no le refutara que él estaba muy tatabron para ponerse en discusiones con un güevoncito que no sabía en dónde estaba parado. Me cierro. No escucho. Me hago el loco y no creo una de sus palabras, pienso con cautela, como va a ser que pueda llover si hoy está haciendo más calor que en Caucasia, donde no se definen si son paisas o costeños.
Después de terminar la jornada me dirijo a mi vivienda subterránea, tengo que coger bus. En el me encuentro con personajes muy peculiares como cerdos, gallinas, mulas, vacas es decir toda una granja. Me siento en la primera silla que veo vacía. En él caso de que en alguna silla allá una linda flor cambio mi preferencia y me propongo a cautivarla. Veo una hermosa flor, me dirijo hacia ella, pero al observar con atención, me doy cuenta de que solo era poca luz. Ya estoy sentado.
Luego de un tiempo llego por fin a mi subterránea casa, no se encuentra nadie, comienzo con mi rutina. Llegan, no cambia mucho el ambiente. Sonrió.
- hola
- hola. El oso perezoso tiene cara de cansado.
Se siente en su trono para poder pervertir su mente con la televisión. Después de un tiempo, hace frio. Llueve.
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