La novela del burdo literatura basura, burda, Tosca, basta y grosera. Daniel Marín / daniel.marin19@gmail.com

Para que necesito aprende calculo, trigonometría, aritmética, algebra… Me importa muy poco aprender las tablas de multiplicar. Saber efectuar las cuatro operaciones con enteros y quebrados. Las leyes expresadas son cadáveres, lo único vivo es el espirito. Prefiero meditar y vivir los problemas, para fortalecerme, un hombre crece de adentro para afuera. Lo hermoso de la enseñanza es la emoción del conocimiento. Yo me opongo al método de enseñanza: “siete por ocho…” ¡hay maquinas para eso! No más de la enseñanza que conduzca a decir: Multiplicar es sumar de una vez varias cantidades iguales. Aprender las tablas, es para las maquinas. El hombre escucha la música de los números.
Todas la leyes enseñadas a un niño, sin que la haya vivido, es vanidad. Las tiene que descubrir él mismo. Toda ciencia esta en nosotros.
Es tan simple como que Colombia produce hombre íntegros, lectores, estudios, muchachos juiciosos. Ningún país más inducido. En este país toda ley y libro es copiado, toda teoría es recibida. Solo hablan, hablan y hablan como si tuvieran un roto. No hay revoluciones. ¿Es esto prometedor? Lo que en verdad promete es la vitalidad, muchacho tiradores de piedra, que maten pájaros y que no respeten ni quieran al maestro.